lunes, 24 de marzo de 2014

Presentación

Varios amigos y clientes, me han pedido en repetidas ocasiones que abriera un blog en el que os cuente mi experiencia y os hable de un tema clave para el mundo de la empresa como es el del protocolo y el saber estar.

Me he decidido por fin a iniciar esta nueva andadura en la que espero contar con vuestra participación y comentarios, y he abierto este blog http://protocolosigloxxi.blogspot.com, en el que hablaré de temas tan dispares como: la correcta organización de eventos, la vestimenta adecuada para cada ocasión, el buen anfitrión, o incluso los diferentes tipos de nudos de corbata que podemos usar según el tipo de camisa.

No se de donde sacaré tiempo para escribir con asiduidad, pero os prometo ser constante en el tiempo y teneros al día de todos estos temas tan importantes hoy día para nuestra sociedad, y en especial para las empresas e instituciones por la transcendencia que tiene en relación con la captación y fidelización de clientes.

La Invitación



Según sea el tipo de evento o celebración el que vamos a organizar, así será el tiempo que utilizaremos de antelación para enviar la invitación.

Si hablamos de una boda, que ello conlleva por parte de los invitados un desplazamiento, coger algún día libre, compras de billetes de tren, avión, reservas de hoteles, etc utilizaremos entre tres y cuatro meses como máximo. Si lo que vamos a celebrar es una fiesta privada, un cumpleaños, una presentación de algún producto, reunión de empresa, etc. El tiempo prudente será entre mes y mes y medio, para que la persona que invites pueda organizar su agenda.

La mejor forma de enviar una invitación es en papel por correo ordinario, ahora se habla de la relajación en las formas y el protocolo y esto sumado al gran avance de las nuevas tecnologías, se están viendo invitaciones por correo electrónico, lo cual no es acertado por muy grande que sea el adelanto tecnológico, pues aun no estamos acostumbrados a estas cosas. “Las cosas bien hechas bien parecen” y como el papel nada.

La invitación irá encabezada por el nombre del anfitrión o anfitriones, o en el caso de una empresa por su nombre y el anagrama, a continuación el nombre de la persona que va dirigida y si la invitación se amplía a su marido o mujer, se detallará con nombre y apellidos, si por razones de base de datos no pudiera ponerse, se pondría nombre del invitado y señora o nombre de la invitada y marido.

Es muy importante rogar contestación, pues así el organizador contará con tiempo con el número exacto de invitados para los preparativos.

Seguidamente detallaremos el tipo de celebración, el lugar, el día y la hora. Abajo a la derecha indicaremos el número de teléfono para la contestación de asistencia o no al acto.

S.R.C.

Tlfn: 000 00 00 00

Y abajo a la izquierda indicaremos la dirección y si se requiere algún tipo de etiqueta por parte de los invitados.

Los pequeños detalles.

Ayer mientras impartía un curso a diferentes catering y dueños de fincas que se dedican a la celebración de eventos , observaba que un tanto por ciento bastante elevado no le daba importancia al protocolo y a los pequeños detalles. Les dije que con el protocolo y los pequeños detalles se hacen grandes cosas, las medidas en la colocación de los cubiertos, vajilla y cristalería, la servilleta, los centros de mesa que tantos quebraderos de cabeza dan. Pues casi nadie se había percatado de esos detalles, me comentaban que daba igual, que mientras los cubiertos estuvieran en el sitio adecuado para su utilización era suficiente, que los centros de mesa tenían que ser bonitos y que llamaran la atención. En verdad tienen que ser bonitos y llamar la atención, pero un centro pequeño con medidas adecuadas a la mesa que están montando y con la altura justa, puede ser bonito sin tener que medir un metro de alto, que dificulta la vista y la comunicación entre los comensales y espeso como selva amazónica.
Alguno me decía que a la gente le da igual, que vienen comen y se van, que cada vez son menos exigentes, les hice ver que eso es lo que parece... hace unos años hice una encuesta a participantes de una presentación de un producto, en el cual se daba una copa al termino de esta, en la sala había 80 personas. Estas, que lo que les interesaba era el producto, tenían cada uno una opinión sobre el servicio, os aseguro que al final del evento pude hacer un análisis completo preguntándole a cada uno que me dijera algo bueno y algo no tan bueno del servicio.
A los asistentes del curso les comenté que yo saqué ochenta opiniones diferentes, pero eso en la calle se va multiplicando por minutos. La mayoría de los asistentes comentaría fuera a amigos o familiares que han estado en tal sitio y que había estado bien, mal o regular.
Si cuidamos hasta el mas mínimo detalle haremos grandes cosas y conseguiremos buenas opiniones.